La (in)cultura preventiva



Desde hace años es muy frecuente hablar de “cultura preventiva” o de “cultura de la prevención” en el ámbito empresarial, con el objetivo de reforzar la prevención y la seguridad dentro de la propia cultura organizacional.

El concepto de “cultura preventiva” o sus similitudes se comienza a difundir tras el desastre nuclear de Chernóbil en 1986.

Durante el análisis del accidente la Agencia Internacional de Energía Atómica identificó una “pobre cultura de la seguridad” como factor contribuyente al desastre.



Suele sostenerse que la “cultura” es el verdadero motor de cualquier organización. Aglutina a sus integrantes entorno a unos profundos patrones que constituyen un “producto” colectivo en constante evolución, reforzado por la suma de las individualidades que lo construyen.
El éxito de estas estructuras radica en los valores compartidos, las normas y los significados manifestados detrás de unos símbolos, mitos, rituales… y lo más importante, el sentido de identidad generado a sus integrantes consolida la generación de compromisos.

En la actualidad existen innumerables empresas en todo el globo con potentísimas culturas corporativas. Pero, ¿qué sucede con la cultura preventiva? ¿se integra real y efectivamente en éstas? 

Algunas empresas han creado verdaderos espacios de trabajo seguro –actualmente van hasta más allá- incidiendo en la percepción del riesgo, su valoración y su control.
Muchas otras obvian la obviedad. Todo lo que conlleva a la creación de espacios de trabajo más seguros, todas las medidas que se lleven a cabo para evitar accidentes, enfermedades profesionales, … debe constituir una de las piedras angulares de cualquier organización e incorporarse, integrarse y definirse claramente en la cultura corporativa.

No basta con identificar una política o elaborar unas instrucciones, se deben crear valores y significados a nuevos símbolos, mitos y rituales que generen compromisos con y para la seguridad y salud de todos los integrantes. 

En definitiva, la cultura preventiva no debería ser más que aspectos integrados dentro de la cultura organizacional…

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