El ciego que supo ver

"No hay más ciego que el que no quiere ver...". Ésta frase y sus variantes se popularizaron hace siglos pero su significado sigue teniendo hoy en día una especial relevancia.

El popular cuento hindú de "Los ciegos y el elefante" profundiza aún más en la naturaleza humana y nos invita a reflexionar acerca de nuestra incapacidad para conocer la totalidad de la realidad:

"En un poblado dónde residían ciegos se les presentó cierto día la oportunidad de conocer qué era un elefante. Cada uno de ellos decidió acercarse al animal para entender lo que tenían enfrente:
  • Uno de ellos tocó la trompa y concluyó que aquello era como una serpiente.
  • Otro tocó la cola y exclamó que era como una vieja cuerda.
  • El siguiente palpó el colmillo y decidió que estaba delante de una lanza.
  • Hasta uno de ellos tropezó con una de sus patas y les comunicó que estaban delante del tronco de una gran palmera...

Y así se fueron sucediendo unos a otros experimentando en sus propias manos lo que tenían enfrente concluyendo lo que para ellos era la forma verdadera y que los demás estaban equivocados".
Así, nos deberíamos enfrentar a nuestro "yo" que piensa que la única verdad la tiene uno mismo porque como decía al principio "no hay más ciego que el que no quiere ver".
El personaje de ficción Daredevil creado por Stan Lee y Bill Everett para la editorial Marvel en 1964, nos muestra como el joven protagonista Matt Murdock quedó ciego al tratar de impedir un accidente, tras lo cual se potenciaron sus otros 4 sentidos. Su lucha contra los maleantes le hizo ganarse el apelativo de "El hombre sin miedo".
Para poder ser eficientes en nuestra vida laboral y personal es ineludible perder el miedo a no "poseer la verdad". Todo trabajo en equipo y cualquier persona que haya detrás de éste debe escuchar activamente, debe respetar los turnos de palabra, las opiniones... desarrollar una capacidad integradora y analítica que nos permita empatizar con nuestr@ interlocutor@ y en definitiva: "no escuchar para contestar, debemos escuchar para entender".
En el ámbito preventivo nos surge un paradigma más y es que los profesionales de la seguridad y la prevención nos obcecamos en ocasiones en aquello que es visible. El polvo, un producto, una postura, ... ¿qué ocurre con aquello que no podemos ver? ¿qué pasa con todo lo que no percibimos? ¿qué sucede dentro del pensamiento de l@s demás?

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