"Querido diario..."

Cada día registramos nuestros movimientos: dónde estamos, qué hacemos, cómo lo hacemos y, en muchas ocasiones, hasta con quién estamos...

Ubicaciones, localizaciones, extractos, pagos, cámaras, registros, firmas, llamadas, mensajes... y otras muchas más acciones, son nuestras huellas "virtuales" cotidianas. Algunas de estas huellas las dejamos voluntariamente detrás de nosotros, como por ejemplo, cuando publicamos en las redes sociales dónde estamos, con quién y qué hacemos.


Otras de estas huellas las denominaríamos involuntarias, ya que aunque sepamos o intuamos que se registran, desconocemos el uso que se hará de dicha información, si vulnera nuestra privacidad o simplemente, si alguien nos ha informado al respecto.


Sin ir más lejos, Londres dispone de más de 40.000 cámaras instaladas por toda la ciudad, un "privilegio" que registra a cada londinense unas 300 veces al día. La pregunta es, ¿Londres es más seguro? Todo indica a que no...



Las búsquedas en la red y los perfiles sociales están estrechamente relacionados con la publicidad que recibimos (en nuestra bandeja de entrada en el correo o simplemente, aparece en nuestro navegador) y que no hemos solicitado.
La información que plasmamos en nuestros movimientos o que es captada indirectamente se utiliza como estudio de mercado para ofrecernos oportunidades, productos, marcas...



Por norma general son pocas las personas que se leen efectivamente las políticas de privacidad, confidencialidad, uso de información, etc. de las herramientas virtuales, por lo que nos exponemos a facilitar información a terceros, desconociendo absolutamente el uso de la misma y su finalidad.

Gobiernos, centros de inteligencia, agencias de marketing y algunos otros, son los destinatarios o usuarios de dicha información, con finalidades distintas a priori, ya sea para ofrecernos un producto o por cuestiones de seguridad.

"Cada día registramos nuestro particular diario..."

Comentarios

Entradas populares de este blog

El “uno para todos y todos para uno” y otras historias de colaboración

El síndrome de Superman

El efecto mimético